“Acoger con los brazos cerrados”, comunicado de Hospitalidad.es con motivo del Día Internacional del Migrante
Durante este año 2017,
prácticamente 20.000 personas han llegado por mar a las costas españolas, una cifra muy superior a la de los
últimos años, situándose en niveles similares a 2006 y 2007. Muchas de ellas
son solicitantes de asilo, menores de edad o víctimas de trata que, ante la
saturación de centros de primera asistencia y estancia temporal, acaban
encerradas en centros de internamiento sin la atención humanitaria suficiente.
En una sociedad que ha demostrado saber acoger y convivir
en la diversidad cultural, el Gobierno continúa recibiendo a las personas migrantes con los brazos
cerrados. Denunciamos la falta de compromiso por parte de las
instituciones de reforzar esta hospitalidad ciudadana, además de notables
dificultades y carencias en el sistema y las condiciones de acogida.
Con motivo del Día Internacional de las Personas Migrantes,
desde la Campaña Hospitalidad.es de la Compañía de Jesús hacemos un llamamiento
a las instituciones para mejorar
las condiciones de acogida a las personas migrantes y
refugiadas que alcanzan territorio español, ante el notable aumento de
llegadas, especialmente por vía marítima, y la limitada capacidad del sistema;
así como reiteramos nuestro compromiso con la inclusión social de las personas
migrantes que han venido a empezar un proyecto de vida en el país,
especialmente aquellas que se ven obligadas a venir para salvar su vida o la de
sus familias, huyendo del hambre, la pobreza o la violencia.
Según datos de la Organización Internacional de las
Migraciones (OIM) y de ACNUR, hasta el 30 de noviembre ha llegado por mar
19.668 personas, una cifra muy superior a la de los últimos años, situándose en
niveles similares a los de 2006 y 2007. Con los centros de primera asistencia y
de estancia temporal saturados, la última respuesta del gobierno ha sido privar
de libertad a 460 personas llegadas a Murcia por mar en un centro penitenciario
de Archidona, Málaga, aún por estrenar, además de anunciar la construcción de
nuevos centros de internamiento de extranjeros para los próximos meses. Entre
estas personas que continúan llegando se encuentran menores de edad,
solicitantes de protección internacional o mujeres víctimas de trata.
En una sociedad que ha sabido gestionar la convivencia
entre diversas culturas sin que hayan calado los discursos políticos xenófobos
de extrema derecha en la misma medida que en otros países de nuestro entorno,
debemos exigir a las autoridades que refuercen esta actitud de hospitalidad de
la ciudadanía en lugar de obstaculizar la acogida y la armonía social con
discursos que asocian migraciones con falta de seguridad o terrorismo. Ante
esta realidad nos encontramos con retóricas y políticas de criminalización y discriminación de
las personas migrantes y refugiadas que vienen en muchas ocasiones desde las
propias instituciones de gobierno, con los claros ejemplos como
el internamiento de personas migrantes en la penitenciaría de Archidona o la
más reciente acusación de tráfico de personas a la activista por los derechos
humanos Helena Maleno.
La solidaridad
y hospitalidad respecto a los migrantes forzosos es patente en
la sociedad española. De hecho, el 97% de españoles se mostraba de acuerdo en
acoger a personas refugiadas en el país, según una encuesta realizada en mayo
de 2016. Sin embargo, esta actitud no se refleja en la gestión del ejecutivo.
Los plazos de reubicación y reasentamiento de solicitantes de asilo acabaron el
pasado mes de septiembre, y España solo cumplió el 14% de las cuotas acordadas.
Creemos necesario un mayor compromiso y celeridad por parte de las
instituciones a la hora de reasentar a personas que han solicitado protección
internacional en nuestro país.
(Seguir leyendo el comunicado: https://www.hospitalidad.es/acoger-con-los-brazos-cerrados/)